Sucintos I

Publicado: 31 marzo 2017 en Sucintos

Pensar en un alumno de profesorado de Física en el Uruguay de hoy, dista mucho de imaginarnos un grupo más o menos homogéneo, de varios jovenes de 18 o 20 años que comienzan a dejar la adolescencia y a transitar por la juventud. Esa imagen puede ser frecuente en le caso de la unversidad, de algunas facultades. Esta semana en mi clase de Didáctica, el 75% de los alumnos había finalizado sus estudios secundarios en el liceo nocturno. Para muchos de ellos, su historia consistió en haber abandonado en algún momento de su adolescencia y retomar, con otra perspectiva, unos años después. Con otra madurez, pero también con otras obligaciones y responsabilidades personales.

Se me ocurren dos cosas: Una, que las políticas curriculares para los futuros docentes no pueden estar ajenas a esto. No hay que verlo como un “handicap”. Es la realidad, que también tiene sus ventajas, pues los futuros docentes ya se visualizan como adultos. En este mundo que alaba la eterna adolescencia, es saludable que quien se pare frente a una clase lo haga desde su rol de adulto.

La otra, me llevó a pensar en ese discurso que sobrevuela los liceos nocturnos. Esa creencia, sin bases empíricas, que indica que los cursos del nocturno deben ser más “fáciles”, creando un imaginario de alumno que va sólo a “terminar el liceo”, como hecho terminal de su vida académica. Por suerte, esos alumnos que egresan del nocturno tienen metas académicas más altas de las que el imaginario les asigna. Entonces, ¿no deberíamos rever ese “discurso sobrevolante” sobre los cursos del nocturno?

comentarios
  1. Manuel dice:

    HOla, la verdad que sí. Y cada día la presión es mayor para que los números den y uno de los argumentos, incluso en nuestras ciudades chicas, es que no van a seguir nada más.

  2. Xixi dice:

    Personalmente realicé mis dos últimos años de Bachillerato en el turno nocturno porque cumplía tareas laborales durante la mañana y parte de la tarde, al finalizar fui a la Universidad, soy Antropóloga especializada en Antropología Biológica y este año ingresé para realizar el profesorado de Ciencias Físicas en el IPA porque tengo un profundo cariño a la profesión docente, todos mis amigos lo son y siempre los he admirado muchísimo. Muchos hacemos las cosas paulatinamente pues todos los tiempos y contextos son diferentes. Es terriblemente doloroso escuchar como se destrata a los estudiantes liceales de la noche o incluso a los estudiantes de formación docente como si un halo de fracaso los acompañara, razón por la cual están ahí estudiando eso. Si bien urge una transformación social de todas estas visiones erróneas, muchas por desconocimiento y otras por desprestigio intencional, es fundamental que, como estudiantes de profesorado, hagamos autocrítica e instropección y estar lo más claros que se pueda, aunque no tengamos certeza de qué es lo qué queremos si saber que es lo qué no queremos como futuros profesionales para romper con esos moldes difíciles de erradicar. Muy bueno el blog, lo sigo desde hace tiempo!

  3. Fernando MORENO dice:

    Me parece muy buena tu apreciación Alejandro.
    Lo mismo sucede con los primeros años en el IPA. Pero no es para caer en una visión pesimista, sino a partir de la realidad, aprovechar las fortalezas y tratar de apoyar a los estudiantes para que puedan superar las dificultades. A
    brazo y gracias como siempre por tu aporte y visión esperanzadora.

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